martes, 14 de agosto de 2007

Barquitos de papel

Lluvia de hongos

"En honor a un héroe"
Quibian
Vi una gran nube de hongos dispersos en el cielo. Todavía el sol calentaba mucho, quizás le faltaban cuatro horas para ocultarse detrás del púrpura y anaranjado horizonte. Mi asombro fue pasmoso. Me cuestioné inmediatamente, si en verdad eran hongos o qué demonios... Mi perro de igual manera miraba al cielo y ladraba como nunca. Entré a la casa y el perro se quedó ahí como una estatua de piedra, ladrándole al cielo.
Aproximadamente 15 minutos después, por la ventana vi caer el primer hongo, otro, y otros muy distantes. Combatido por el asombro y el temor encendí un grueso cigarro, para calmar mis nervios, ya que la progresión del Parkinson me convertía, cada segundo , en un hombre inútil, junto a otros terribles achaques. Por eso me sentía impreciso al afirmar si en verdad eran hongos o que coño... mi audición era nula, pero aun tenía un excelente olfato. Busqué el café calientito a la cocina y me acerqué a la ventana. La lluvia de hongos había menguado, pero el último cayó a pocos metros. Pude observar meticulosamente con mi turbia visión, como un hombre envolvía el hongo y lo entraba en algo parecido a una mochila. Fue cuando caí en cuenta y me dije: la guerra.

Crítica del escritor Pedro Antonio Valdez:

“El viaje plástico del Artista Quibian Castillo se proyecta a través de una disolución de formas. El pincel se ha tornado rizo, ligero muelle de automóvil imaginario, espiral que de-forma y reacomoda en un amplio espacio de recomposición de la realidad...
(Y concluye diciendo):
“Quibian Castillo pinta el universo, lo ordena y lo reordena a partir de una imagen de libertad”.